En un mundo donde las conexiones internacionales son parte del día a día, poder comunicarse con soltura en inglés ya no es un extra, sino una necesidad. Pero más allá de las tareas o las videollamadas, hablar bien inglés en el trabajo genera algo mucho más profundo: confianza personal, motivación y gratitud hacia la empresa que lo hace posible.
Cómo se sienten los empleados cuando pueden comunicarse bien en inglés
Muchos profesionales sienten inseguridad al hablar en inglés. No porque no tengan conocimientos, sino porque nunca han tenido una formación realmente útil para su realidad laboral. El día que por fin pueden expresar con naturalidad una idea en una reunión o responder con confianza a un cliente internacional, algo cambia. Ya no se trata solo de “hablar inglés”, sino de sentirse competentes, tranquilos y capaces.
Este cambio tiene efectos reales:
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Se reduce el estrés en las situaciones clave.
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Mejora su imagen profesional, tanto interna como externamente.
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Sienten que crecen profesionalmente sin necesidad de cambiar de empresa.
Y lo más importante: se sienten más valorados.
La formación en inglés como inversión en talento
Cuando una empresa ofrece formación en inglés personalizada, bien diseñada y enfocada en las necesidades reales del puesto de trabajo, el equipo lo nota y lo valora. No es lo mismo recibir clases genéricas, que participar en un plan formativo pensado específicamente para el sector, el ritmo de trabajo y los objetivos profesionales del equipo.
Muchos empleados nos han dicho cosas como:
“Por fin siento que estas clases me sirven de verdad.”
“Ahora tengo ganas de hablar en inglés, no de evitarlo.”
“Gracias a mi empresa por darme esta oportunidad, me siento más preparado y más comprometido.”
¿Y qué nos dicen los datos?
Según nuestro Informe Breeze Empresas 2024, más del 90% de los encuestados, que son personas de entre 18 y 65 años de España y países LATAM, pagarían hasta 100 € al mes por clases de inglés. Esto confirma algo que ya intuíamos: la mayoría quiere mejorar su inglés, y estarían dispuestos a invertir su propio dinero. Esto indica claramente que, si su empresa les ofreciera esta formación como beneficio, la respuesta sería muy positiva.
Formación con impacto real
Una estrategia de formación bien diseñada no solo mejora el nivel de inglés de los empleados. También:
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Contribuye a la retención del talento.
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Refuerza el desarrollo profesional interno.
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Mejora la proyección internacional de la empresa.
Por eso, no se trata solo de enseñar inglés. Se trata de crear oportunidades reales de crecimiento personal y profesional dentro de tu organización.
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